EL VIAJE DE ALBA

 🧙‍♀‍1...2...3... ¡Érase una vez!📚


Cualquiera que eche la vista atrás encontrará algo que, durante su infancia o adolescencia, para bien o para mal, le marcó especialmente.

En mi caso fue la pérdida de mis abuelos. Por un momento creí que serían eternos.

Que siempre discutiría con mi abuela por si la falda era demasiado corta o las botas demasiado altas.

Que seguiría yendo con mi abuelo a su fábrica, cada día, a que me explicara por enésima vez cómo funcionaba todo con el mismo entusiasmo y entrega que la primera vez.

Pero, una noche, al acostarme, nadie me dijo que nada volvería a ser igual: que mi abuela se iría para siempre y que mi abuelo ya no sería el mismo y, aún peor, que no tardaría en seguirla.

Es LEY DE VIDA.

Sin embargo...

A pesar de ser un proceso natural e inherente a la existencia, al ser humano y a la vida, la muerte sigue siendo un proceso que no se aborda como debería.

Parece que huyendo de sus explicaciones creemos evitarla. Alejarla de nuestras vidas.

Pero, más tarde o más temprano, un día llega, nos golpea con fuerza y nos deja destrozados.

Si a esto le añadimos que en los niños es algo muy difícil de digerir porque carecen de la madurez suficiente para procesarlo... La situación no puede ser más dura e injusta para ellos.

Entonces, si es algo natural...

¿Por qué no lo tratamos con el mismo carácter?

¿Acaso no lo son también la fotosíntesis o el ciclo de Krebs y se explican y estudian en profundidad?

Muchos de nosotros hemos sido niños que hemos aprendido a golpe de efecto lo que significaba la muerte, lo que suponía que alguien se fuese PARA SIEMPRE.

Hemos tenido que tragarnos, sin agua, las piedras que nos encontrábamos en el camino sin comprender por qué ya no los volveríamos a ver.

Y no tiene que ser así.

Por suerte, esto está cambiando.

Hay quienes se esfuerzan en que la vida sea un viaje cada vez más placentero a pesar de sus baches.

Como el autor que os presentamos hoy, que ha creado una obra maestra de la filosofía de la vida, de su esencia y, sobre todo, del momento de la partida.

Porque para entenderlo todo también nos tienen que contar el final.

Porque para disfrutar del trayecto como se merece es justo que nos cuenten que se acabará algún día y que, para entonces, habremos debido disfrutar cada instante en que hayamos tenido la oportunidad.

También recuerdo con especial cariño el descubrimiento de la Filosofía como materia. De ese "amor por el saber" que le daba sentido a todas las cosas.

Y, aunque tuve grandes recomendaciones literarias fue, sin duda, "El Mundo de Sofía" el que más mella hizo en mí.

Hoy, al estilo de Jostein Gaarder, este autor nos trae la filosofía del ser, del existir y, especialmente, del partir, envuelta en una novela absolutamente preciosa, con Alba como protagonista.

Adornado con bellas ilustraciones de una artista que trasmite cuántas emociones sean precisas en una sola pincelada, tenemos ante nosotros un tratado sobre ese FINAL que le da sentido a la vida.

Veremos cómo Alba se aventura por ese mundo sensible (que ya nos descubría Platón) y, haciendo uso del camino correcto, la razón, logrará acceder al verdadero conocimiento o episteme, donde empezará a comprenderlo todo.

Dividido en capítulos bienintencionados con preguntas al final que nos invitan al debate, este libro se presenta como una lectura esencial para la etapa escolar (y, a partir de ahí, para cualquier momento de la vida).

Con una prosa que es casi poesía, todo está listo para invitarnos a pensar: la descripción de los escenarios, las maravillosas ilustraciones... Las palabras escogidas y las preguntas acertadas.

Metáforas, valores y lecciones de vida se entremezclan para llevarnos por el camino de la dialéctica pues, como diría Heráclito, “todo fluye en un constante proceso de transformación de incesante nacimiento y caducidad”.

Que no hay duda de que existe el bien porque hay mal, el día es gracias a la noche, y solo vemos la luz porque hay oscuridad.

A disfrutar de la felicidad nos enseña la pena. Porque para subir, primero hay que bajar y solo se es valiente si primero se ha sentido el miedo.

Porque una sonrisa recobra su valor tras el llanto y un corazón roto vuelve a vivir cada día que recuerda sus cicatrices.

Solo la duda nos lleva al descubrimiento de la verdad y la única forma de tener una vida de cuento es crecer soñando.


Autor: Miguel Ángel Bueno Espinosa

Ilustra: Marta López Catalá

Edita: Cuatro Hojas


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